Si debes castigar a tus hijos, hazlo con equilibrio y por igual. Si están peleando por algo, escúchalos a ambos y trata de mediar en el conflicto haciendo que busquen una solución entre ellos. Enséñales a oír la posición del otro y a ceder, para resolver el problema.
Aunque sea muy tentador no te inclines a favorecer siempre al más débil, por ejemplo, al más pequeño o a la niña. A veces estos saben que tienen cierto favoritismo y tendrán la posibilidad de manipularte más fácilmente.
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