Por diferentes motivos, algunos padres han tenido que recurrir al uso de la leche de fórmula para la alimentación de sus hijos. Sin embargo, es normal que sigan apareciendo algunas inquietudes sobre cómo se debe preparar y conservar este producto.
Al desconocer esto, se puede llegar a dañar la leche por un mal manejo e incluso le podríamos proporcionar una mala alimentación al niño por una inadecuada preparación o conservación. Pero una vez que te informes sobre estos detalles, verás que no resulta tan complicado el uso de este alimento infantil.
Cómo preparar leche de fórmula según el tipo
En líneas generales, preparar leche de fórmula no resulta muy complicado, de hecho es una tarea que se puede cumplir en pocos pasos. Sin embargo, se debe considerar que el cómo hacerlo dependerá del tipo de producto a utilizar y en este caso vamos a conocer los tres tipos disponibles para alimentar a tu bebé:
• Lista para consumir: en un biberón limpio agrega la cantidad de leche suficiente para preparar una ración, luego pon la tetina y tapa. No es necesario que se agregue otro líquido como agua.
• Concentrada: en un biberón limpio, agregar agua y leche de fórmula en cantidades necesarias, luego coloca la tetina y tapa para agitar bien la preparación.
• En polvo: agrega agua en un biberón limpio y añade tantas cucharadas de leche de fórmula como sean necesarias para la ración. Luego, coloca la tetina, tapa y agita muy bien.
De igual forma, no olvides consultar las instrucciones de preparación indicadas por la propia marca en el envase de la leche de fórmula para obtener un mejor resultado.
Almacenar y cuidar correctamente
Cuando se trata de la alimentación del bebé hay que tener mucho cuidado con el buen manejo y conservación de los productos, en este caso de la leche de fórmula. Por eso, para su almacenaje debes utilizar un sitio fresco y seco, además que se debe evitar hacerlo al aire libre o en el vehículo.
La recomendación es usar la leche de fórmula solo en el primer mes después de abrir el producto, de igual manera presentan en la etiqueta la fecha límite de consumo; cuando se supera el tiempo recomendando se debe desechar el producto.
Ahora bien, cuando has decidido preparar algunos biberones a la vez, se recomienda identificarlos, para ello coloca una etiqueta en cada envase con la fecha de elaboración, de esa manera sabrás desde cuando está guardada. Nunca se debe almacenar a temperatura ambiente, sino en refrigerador; si supera las 24 horas en refrigeración entonces es momento de eliminarla.
Ten en cuenta que una vez preparada se debe usar en las próximas dos horas, de lo contrario hay que refrigerar de inmediato para evitar que se dañe. Si has optado por usarla pero el bebé no se ha tomado todo, desecha lo restante, porque el contacto de la saliva del niño con el líquido puede propiciar el desarrollo de bacterias; por el mismo motivo desinfecta el biberón antes de usar nuevamente.
Foto de Lucy Wolski
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