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Parto en el agua, ¿es recomendable o peligroso?

Desde hace muchísimos años, la práctica del parto en el agua ha despertado la curiosidad de muchas personas. Si has pensado en usar este método al tener tu próximo bebé, es mejor que te informes al respecto, ya que no siempre es una opción acertada.

¿Qué implica tener un parto en el agua?

Se trata de una alternativa al parto tradicional que resulta incompatible con otros métodos utilizados, como es el caso de la analgesia epidural. La relevancia de este procedimiento es básicamente su carácter natural, que es del agrado de muchas mujeres.

No obstante, se debe saber que no todas las mujeres pueden pasar por esta experiencia ya que sus características físicas las hacen no aptas para ello sin que implique algún posible riesgo. De hecho, solo se recomienda el parto en el agua para las pacientes que hayan atravesado un embarazo normal sin ninguna patología o complicación, siendo un parto espontáneo.

Para que tengas alguna idea al respecto y por el bienestar de la madre y el feto, se debe evitar esta alternativa si:
• Te han practicado cesárea antes.
• Es un parto gemelar.
• La embarazada sufre de cardiopatías, diabetes o rotura uterina.
• Se ha diagnosticado malformación fetal o alguna patología.
• Padece de algún problema médico u obstétrico.

Ventajas de elegir esta alternativa

La primera ventaja que se considera al practicar el parto en el agua es el efecto analgésico que ofrece. Esto se debe a que al estar en agua caliente, se alivian los dolores sufridos tanto en la fase de dilatación, como durante el parto.

De igual manera hace más llevadero el proceso de parto para la mujer al permitir movilizarse con mayor facilidad debido a que hay sensación de ligereza gracias al agua y se vuelve más sencillo los cambios posturales.
También se debe hacer mención de la semejanza del ambiente “acuático” donde está el feto en el útero, al ofrecido al salir de este con el parto en el agua. Por lo tanto, se facilita la transición de un espacio a otro por tener ciertas similitudes en el mismo.

Otras ventajas que se pueden mencionar son que favorece el vínculo materno – fetal por un pronto contacto entre ambos y la disminución en los desgarros perineales al haber un mayor control en los pujos maternos.

A tener en cuenta

Si bien el parto en el agua puede traer varios beneficios para las embarazadas y el bebé, también hay algunos detalles no tan positivos que se deben considerar. Por ejemplo es prácticamente imposible conseguir una asepsia óptima, ya que hay contaminación del líquido mediante elementos como materia fecal y la piel de la madre.

Se debe considerar que en ocasiones el feto puede llegar a inhalar agua, aunque esto rara vez sucede. Así mismo el control del bienestar del bebé es poco eficiente, ya que para ello se requiere de aparatos eléctricos que no pueden entrar en contacto con el agua.
También se debe recurrir al parto en el agua en el momento adecuado, porque si se hace pronto se llega a disminuir la intensidad y cantidad de contracciones uterinas, haciendo más largo el proceso.

Foto de Luma Pimentel
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