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Qué es el síndrome de Asperger y cuáles son sus síntomas

El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que forma parte de los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Hay quienes se refieren a él como un tipo de autismo de alto funcionamiento. En el caso de este síndrome, la comunicación y la interacción social son los aspectos que sufren una alteración.
Este síndrome se distingue por el desarrollo de rutinas obsesivas, pocas expresiones faciales, dificultad para comprender el lenguaje corporal de las personas y una sensibilidad particular a los estímulos sensoriales, por ejemplo, puede ser que a los niños les moleste una luz que otras personas ni siquiera notan, o también cubrirán sus oídos para evitar ciertos sonidos del ambiente que les molestan.
Aunque el síndrome de Asperger produce alteraciones en cómo el niño interactúa socialmente y su forma de comunicarse, esto no impide que pueda desempeñarse con normalidad en su vida diaria. Ahora bien, al ser un trastorno no existe alguna especie de tratamiento que lo cure, sino que la condición lo acompañará en toda su vida. Pero, a lo largo de esta su comportamiento puede mejorar si recibe la ayuda adecuada.

Síntomas del síndrome de Asperger

Existen una serie de señales que pueden indicar si los niños poseen el síndrome de Asperger:

Dificultad para relacionarse con otros niños de su edad.
No toleran cambios en su rutina diaria, y cuando sucede se sienten ansiosos.
Se les hace difícil entender las bromas, ironías y metáforas, ya que interpretan el lenguaje de forma literal.
Suelen tener intereses limitados o conversar solamente de determinados temas hasta el punto de obsesionarse.
Con frecuencia pueden sentir ansiedad.
Inmadurez emocional. Por ejemplo, les cuesta entender a los demás.
En una conversación se les dificulta mantener el ritmo, es decir, pueden no establecer contacto ocular con los demás, su expresión facial ser inadecuada para la situación sobre la que se esté conversando o no son conscientes de los sentimientos e intenciones de los demás.
Dificultad en la flexibilidad del pensamiento, por este motivo pueden tener problemas para adaptarse a algún cambio.
Cuando se trata de actividades que implican el dominio de habilidades motoras, les cuesta hacerlas.


Además de estar atentos a estos síntomas, hay que tener en cuenta que los niños con síndrome de Asperger no presentan un retraso en el desarrollo del lenguaje, al contrario, tienen buenas aptitudes gramaticales y un vocabulario avanzado para su edad. Sin embargo, sí pueden presentar ciertos problemas, como hablar de forma excesivamente literal o tener problemas para utilizar el lenguaje en contextos sociales.
Con frecuencia, no presentan retrasos evidentes en el desarrollo cognitivo. Tal vez pueden tener problemas para prestar atención, organizarse, o ser muy buenos en algunas áreas y presentar deficiencias en otras, a pesar de esto, por lo general tienen una inteligencia media o superior a la media.

Resulta difícil detectar el síndrome de Asperger porque los niños pueden desempeñarse con normalidad en muchos aspectos de su vida, por lo que es complicado distinguir cuándo algo es extraño. Por este motivo es importante estar atentos a los detalles, y si algo se siente diferente, acudir a un profesional para determinar si se trata de este trastorno o tal vez de otra cuestión.
Lo fundamental es que el diagnóstico se realice a tiempo para que la intervención se haga en el momento indicado y la condición del niño no se agrave.

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