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Señales de que tu hijo debe asistir al psicólogo

Criar a un niño implica sumergirse en un mundo desconocido lleno de nuevas experiencias. Aunque hay muchas cosas positivas y agradables, también hay otras que incluso se convierten en motivo de preocupación para los padres.

Normalmente es fácil identificar esto cuando hay malestares físicos, pero los presentados a nivel psicológico o emocional pueden no resultar tan evidentes. Por eso, es necesario aprender a identificar las señales que indican que posiblemente el niño necesita atención psicológica.

Obstáculos en la vida diaria

La señal más evidente cuando un niño está atravesando una situación preocupante a nivel psicológico es que tiene dificultades para realizar sus actividades diarias con normalidad. Por ejemplo, si tu hijo presenta un período de apatía que incluso afecta su rendimiento escolar, es oportuno buscar ayuda profesional.

En el ámbito de la psicología se considera como factor clave para cuestionar que posiblemente hay un problema que necesita de atención psicológica, la manifestación de un comportamiento o sensación recurrente que entorpece el ritmo de vida habitual.

Síntomas a identificar

Un niño puede presentar múltiples síntomas que son posibles motivos de una situación que requiere apoyo psicológico. Por supuesto, cuantas más señales presente, más probable será que haya necesidad de la intervención profesional, aunque es justamente el experto quien determinará su estado.

Dentro de los síntomas en los que se debe colocar especial atención están:
• Dificultad para concentrarse.
• Respuestas emocionales no acordes.
• Hiperactividad.
• Problemas para dormir.
• Actitud agresiva.
• Comportamientos correspondientes a etapas anteriores.
• Conducta obsesiva.
• Aislamiento.
• Dificultad para relacionarse con otros.
• Quejas frecuentes sobre malestares físicos.

Si tu hijo presenta varios de estos síntomas mencionados o incluso va acompañado de otros que te resulten alarmantes, es importante anotarlos y acudir con un especialista. De esa manera, al contar con detalle la situación del niño, será más fácil para el psicólogo analizar la situación y determinar cómo intervenir.

Situaciones “normales” que no deben confundirse

A veces, especialmente cuando se trata de padres primerizos, cualquier pequeño detalle suele ser una razón para preocuparse. Sin embargo, se debe recordar que los niños al estar en proceso de formación suelen pasar por fases críticas durante el desarrollo.

Una muestra de ello es el comportamiento habitual negativista en el niño entre los 2 y 3 años de edad. Esto impulsa a responder con rabietas ante la negación de cualquier deseo o solicitud, una situación que se puede sobrellevar con paciencia y la implementación de normas.
Por eso, en cada edad se podrá apreciar la aparición de ciertos comportamientos característicos de la etapa. Lo que quiere decir que una conducta que se considera «normal» para un pequeño de 2 años, no será igual para el niño que tiene 5 años.

Además, más allá de esto se debe tener en cuenta que la personalidad del niño puede ser el motivo de ciertos comportamientos. Por ejemplo, hay niños que suelen llamar la atención al ser introvertidos o inquietos, pero estos son rasgos de su carácter y no necesariamente un trastorno.

Foto de Tengyart
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