El uso de una trona para bebé no es únicamente por imitar el uso de una silla estándar para adultos. Más allá de esto, también permite favorecer el desarrollo del niño en más de un aspecto. Por lo tanto, es importante conocer cuándo es adecuado que tu hijo empiece a utilizarla y cómo elegir el mejor modelo.
¿Cuándo es necesario que el bebé use una trona?
Como en otras áreas, los niños también atraviesan unas series de fases respecto a la alimentación. Primero se presenta la ingesta de líquidos en sus primeros meses de vida, para ello es necesario que esté en la cuna o se sostenga en brazos.
Posteriormente se introducen los alimentos sólidos a medida que crece, para ello se requiere una mayor comodidad como lo es la trona. Este momento se presenta alrededor de los 6 meses de edad, ya que comidas como frutas, papillas y granos naturales se integran a la dieta.
Para poder ingerir correctamente los alimentos de ese tipo, es necesario adoptar una buena postura sentado. Además, en esta fase se desarrolla la autonomía del bebé al llevar la comida a su boca sin ayuda.
Ventajas de usar una trona
Si tienes en casa una buena trona para tu bebé conseguirás disfrutar de varios beneficios. Uno de los principales es que ayuda a establecer nuevos hábitos alimenticios al condicionar un área especial para comer.
La organización se favorece al establecer un sitio donde comer siempre, lo cual a su vez facilita el mantenimiento de la zona, la higiene y la comprensión por parte del niño de que dicho espacio se relaciona con el momento de la comida.
Cuando se usa la trona, se estimula el desarrollo de independencia de alimentos en el bebé. Al mismo tiempo se trabaja la corrección de una buena postura y se integra con mayor facilidad al niño a la rutina alimenticia de la familia.
Para los padres también es una ventaja porque facilita la limpieza después de la comida y hace más práctico el dar los alimentos al bebé.
Aspectos a tener en cuenta antes de comprar
Si se trata de una mejor experiencia o no, dependerá en parte de la trona a usar. Por eso es importante considerar algunos aspectos para elegir un buen modelo que ofrezca confort y durabilidad al pequeño.
Uno de los primeros puntos a tener en cuenta es la seguridad, por ello hay que priorizar la elección de una silla que tenga cinturón de seguridad para que mantenga al niño en su lugar. Esto también evita que se resbale, por lo que se recomienda a su vez que tenga un material antideslizante.
Debe estar fabricado con un material que sea posible lavar en seco y es aún mejor si el asiento es extraíble para facilitar la limpieza. Otros detalles favorables son el tener un respaldo reclinable, separador de piernas y reposapiés.
Foto de RICKEY HUTCHINSON
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